SLV-30 y Barranco de Bercolom.

Ruta doble por Titaguas. El primer itinerario realizado fue el SLV-30, ruta circular con inicio en la fuente Vieja. Seguimos el GR-37 en dirección a Alpuente para luego continuar la variante II del mismo (pasamos por la fuente de la Zarza donde vimos señales del PRV-337, inaugurado en marzo de 2007) hasta que nos desviamos por la izquierda a buscar las pinturas rupestres del abrigo del Rincón del Tío Escribano. Subimos a la Tejería y al bajar volvemos a enlazar con el GR-37 que viene de Aras de los Olmos y volvemos a Titaguas pasando por el área recreativa del Rincón de la Olivera. No ofrece problemas de seguimiento y es una ruta corta, apta para hacerla con niños.

El segundo itinerario es lineal y se trata de recorrer el barranco de Bercolom hasta el punto en que una cascada nos cierra el paso. Cruzamos el puente y seguimos la pista forestal para desviarnos por la pista de la derecha que atraviesa el barranco y en la primera curva a la derecha de la pista seguimos por la senda que se mete en el barranco por la izquierda (no coger una amplia senda que se ve más adelante, al final de la curva).

Desde la primera poza de agua hasta el enlace con la pista forestal tenemos algunos puntos en los que hay que trepar para luego continuar por una empinada y resbaladiza senda que hace que sea un tramo difícil, sobre todo al bajar (se puede eludir este tramo volviendo por la pista forestal que nos lleva hasta donde habremos dejado los coches). Tomamos la pista por la izquierda y la seguimos hasta que esta cruza el barranco y en ese punto nos metemos por la derecha en el cauce del barranco. Acabaremos subiendo por una gradería de piedra hasta que veamos una imponente cascada por la que apenas cae agua.

Notas de campo.

Amanecía un día más bien fresco para el verano que acabamos de estrenar. LLegando a Titaguas el termómetro del coche marcaba 15ºC, aún así esperaba que el segundo baño de la temporada tuviese más exito que el primero, como así fue, y eso que el agua iba a estar más fría en esta ocasión. Aparcamos a la salida de Titaguas e iniciamos el recorrido del SLV-30 desde la fuente Vieja donde vimos en la piedra los huecos seculares de los cántaros haciendo cola mientras esperaban ser llenados.

Este SL, tras pasar por la fuente de la Zarza, nos llevó hasta las pinturas rupestres del Rincón del Tío Escribano. Retrocedimos unos metros y siguiendo las señales verdiblancas subimos hasta la Tejería para bajar hasta la carretera CV-35, la cual seguimos durante un pequeño tramo para acabar cruzándola y enlazar de nuevo con el GR-37. LLegamos al área recreativa del Rincón de La Olivera donde dimos cuenta del almuerzo en las pocas mesas que están resistiendo el ataque de los vándalos que se dedican a destrozar bancos y mesas. Esperemos que la entidad encargada, ¿ayuntamiento?, repare los destrozos antes de que se convierta en una ruina.

De vuelta en los coches nos dirigimos hacia Zagra por pista forestal, tomando una pista que atajaba nos encontramos que la misma no era apta para vehículos normales y volvimos atrás unos kms. para coger otra pista en mejor estado que nos llevó a nuestro destino en una vertiginosa bajada hasta el río Túria con una amplia panorámica de su encajonado valle. Dejamos los coches a la sombra, pues el sol empezaba a apretar, e iniciamos el ascenso del barranco. La primera poza ya es de postal, pero la segunda no tiene parangón y hay que localizar su entrada por una escondida bajada. Dejamos el baño para la vuelta e iniciamos la subida por una fuerte pendiente, dejando a nuestra izquierda el barranco, que nos llevó hasta la pista forestal.

Siguiendo la pista fuimos a parar al cauce del barranco y a partir de aquí nos dedicamos a remontarlo bordeando pequeñas pozas de agua donde las ranas saltaban a nuestro paso y una pequeña culebra de agua salió nadando por la orilla opuesta. Con algún pequeño paso aéreo continuamos subiendo hasta que de repente el cauce se ensancha y adquiere la estructura de una gradería, cuyos escalones fuimos subiendo hasta que apareció ante nuestros ojos una imponente cascada con apenas unos hilos de agua, y donde aparecieron unos barranquistas echando las cuerdas para bajarlo (en la foto de grupo podeis ver a uno saludando).

Faltaba el prometido baño para todo aquel que se atreviese. Kiquet, Emilio y Carmen se habían adelantado pues tenían que volver pronto y fueron los primeros en llegar y bañarse. Cuando el resto llegamos a la poza nos comentaron lo fría que estaba el agua y siguieron bajando. Los bañadores hicieron su aparición y cuando ya estaba yo con un pie en el agua, Almudena se empeñó en que le dejara la cámara para hacer el reportaje gráfico y así, gracias a su insistencia, tenemos constancia gráfica del baño ¡Gracias Almudena!.

Hasta 3 veces me metí en el agua, que rondaría los 12ºC, cada vez aguantando más tiempo y disfrutando del "refrescante" baño, como atestiguan unas fotos que hablan por sí solas. Incluso hubo saltos a cargo de José Miguel y Lucas. De los 19 nos bañamos 10, todo un éxito. Tras el baño bajamos hasta los coches, que ahora estaban al sol, y regresamos por otra pista que nos llevó directamente a la CV-35.

Documentación.

Mapa del SLV-30	Ortofoto del SLV-30	Mapa del barranco de Bercolom	Ortofoto del barranco de Bercolom	Ortofoto con ambas rutas